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12 enero 2010

Un sacrificio por amor


Súbito, pavoroso, terrible, se extendió el fuego en la casa. Lo había comenzado un niño de dos años de edad. Había estado jugando con las luces del árbol de navidad. Jennifer Sánchez, la hermana mayor, de catorce años, actuó con rapidez.

Sacó fuera de la casa a sus hermanos de dos, tres, cinco y seis años de edad y su abuelo paralítico, de setenta y cinco años.

Cuando ya los tenía a todos en un lugar seguro, entro de nuevo a la casa en llamas para rescatar a sus dos perros, pero el humo la envolvió y la asfixio.

Tres días después la joven murió en el hospital.

Sacrificó su vida por amor a sus perros.

Dijo llorando la mamá.

Fue un sacrificio de amor.

¿Aceptarías tú también esta prueba de amor?

No es fácil que alguien se deje matar en lugar de otra persona.

Reflexionemos, meditemos, recordemos, más de una ocasión has decidido sacrificar tu vida por otra persona a quien tu amas (Jn.15:13)

Llevar su enfermedad su enfermedad, llevar su dolor, llevar su sufrimiento

Muchos sacrificios parecidos hay en el mundo. ¡Todavía quedan personas que arriesgan la vida para salvar a otros, aun a animales a los que les tienen cariño.

Todo acto de heroísmo en el mundo, toda acción de sacrificio, en que una persona de su vida por otra.

Quien tiene supremo amor para salvar a toda la humanidad.

Ese sacrificio es el de Jesucristo en la cruz del calvario. (Ro.5:8)

Ese sacrificio es el de Jesucristo…

Ese sacrificio -desinteresado, total, amoroso, perfecto- abre para todos nosotros la puerta hacia una vida nueva.

No fue un sacrificio inútil. Fue, y es, enormemente útil para todo hombre y toda mujer de todo tiempo y todo lugar.

Solamente tenemos que aceptarlo como tu único y suficiente salvador para obtener la redención de nuestra vida.

Jn.3:16 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo

unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas

tenga vida eterna.

El hombre aprende heroísmo y sacrificio, pero con el sacrificio de Jesucristo, Dios revela y da entendimiento del mayor valor de su amor

Jn. 3:17 17 Porque no envío Dios a su Hijo al mundo para condenar al

mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

El sacrificio lo hizo Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, por nosotros

(Jn. 3: 16-17)

No rechacemos ese amor divino, de hacerlo así, estaremos rechazando nuestra salvación.

Reconozco que soy pecador y que moriste en la cruz por mis pecados, te recibo como mi único y suficiente salvador. A M E N.