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22 marzo 2010

MI AYUDADOR MI ESPERANZA

Salmo 146:5.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en el Señor, su Dios

Mi Ayudador y Mi Esperanza

Muchos han sido los días que al amanecer parecen pesados y el cuerpo y el alma parecen no tener fuerza para enfrentar las demandas diarias.

Cuantos han sido los amaneceres que parecen atardeceres sin tener fuerza para enfrentar las dificultades.

Cuantos han sido los amaneceres que parecen atardeceres, porque las circunstancias del día anterior o actual han empañado los cristales de la vida.

Hoy, sin embargo, quiero meditar, sentir y pensar que aunque parezcan los días así;

Podemos tener la bendición de tener a Dios como nuestro ayudador y nuestra esperanza.
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Cuando casi no se puede caminar, Dios llega con su fuerza y poder y nos levanta.


Él es el Dios de Jacob, cuando Jacob había perdido la esperanza el Señor se le apareció y luchó con él y lo bendijo.

Eso es precisamente lo que necesitamos, su bendición.

Su bendición es aliento a nuestro ser y elixir de fuerza para nuestro espíritu.

Bienaventurado…o completamente feliz aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob. Aquel cuya esperanza está en el Dios todopoderoso. Salmos 146:5.

Si, felicidad total llega cuando, quien nos ayuda en medio de la debilidad es el Dios de Jacob, quien a la vez es nuestro Dios.

Si en un mundo en el cual se pierde la esperanza en relación a la salud, las finanzas, el trabajo, las relaciones, la familia y el futuro, se levanta la más grande esperanza que necesitamos como seres finitos y débiles…y la esperanza es Dios.

Quien hizo los cielos y la tierra no solo nos ofrece hoy ser nuestro ayudador, también nos ofrece la esperanza.

“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en el Señor, y tome aliento o esperanza vuestro corazón” Salmo 31:24

El alma pueda está acallada, nuestra cabeza baja pero esperemos en Dios, nuestro ayudador que el consuelo viene de arriba.

Si un poco más,… un poco más de esfuerzo,… si esperamos en el Señor nuevamente nuestro corazón tendrá esperanza.

Seguramente, en medio del camino turbulento, debemos ofrecer alabanza, por que él Señor es el soberano, y Rey de todo el universo.

Nuestra esperanza no está anclada en las cosas temporales de esta vida, sino en Dios, quien es la Roca eterna de los siglos.

Reconocer hoy, que nuestra felicidad está basada en la esperanza que sale de Dios. La fuente de toda la creación, la fuente de toda verdad y de toda justicia y el suplidor de todas nuestras necesidades, y comida para el hambriento, emancipador de los cautivos, luz para el ciego y médico para el enfermo, amigo para el extranjero y Padre para el huérfano, mi ayudador y mi esperanza para los amaneceres que parecen atardeceres. Él es Nuestro ayudador y nuestra esperanza.

Muy probablemente, nos hemos sentido débil, cansados, en las mañanas que parecen atardeceres

Aun así, tenemos esperanza en nuestro Dios que el no nos ha olvidado

Jesucristo se sintió solo, por eso exclamo Dios mío, Dios mío porque me has desamparado.

Cuando en momentos de flaqueza, Dios viene levanta y llena de su Espíritu.

Confiad en él ayudador, sustentador, sanador

La roca inconmovible de los siglos, nuestra esperanza está en Cristo.

El nos ha guardado pese a nuestras flaquezas, en la carne

El Señor te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Él Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre. Salmos 121:7-8

Amen, amen y amen.