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09 febrero 2010

Perfumista, cuida tu perfume.



Juan 12:3
3 “Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.”

El perfume.
•El origen del arte de la perfumería
La palabra ‘perfume’ usada hoy, se deriva de latín “per fume” que significa “por humo”, o “a través de humo”. La perfumería, o el arte de hacer perfumes comenzó en la antigua Mesopotámica y en Egipto, pero fue desarrollado y refinado por los Romanos y los Árabes. El arte de crear perfumes fue extendiéndose hasta España y el continente Europeo cerca del siglo catorce por medio del comercio Árabe.

•El perfumista (Nehemías 3:8)
El trabajo de componer el perfume se deja a un experto en la composición del perfume que se conoce en la industria de la fragancia como un perfumista. El perfumista es un artista entrenado en los conceptos de la estética de la fragancia, quien debe tener un conocimiento afilado de la gran variedad de ingredientes y de sus aromas, y puede distinguir cada uno de los ingredientes individualmente o combinados con otras fragancias.

1. Producir un buen perfume toma tiempo.
Como hijos de Dios hemos sido “contratados” para producir las mejores fragancias de los mejores perfumes, para agradar aquellos que nos rodean y sobre todo para agradar a Dios. Algunos han pasado largos años desarrollando el arte de “producir” un buen perfume y, gracias a Dios, lo han logrado. No olvidemos que el buen perfume es comparado a un “buen testimonio”.
• Cada uno de nosotros es un perfumista dedicado (Éxodo 30:35)
Al igual que el buen perfume, el buen testimonio no se construye de la noche a la mañana sino que necesita de mucho trabajo y esfuerzo. El Apóstol Pablo fue escogido por Dios, llamado por Jesucristo y ungido por el Espíritu Santo. No obstante tuvo dificultades para ser aceptado entre los cristianos porque su reputación no era muy “buena”. A Pablo le costó largos años de trabajo y mucha paciencia el poder ganarse el respeto de sus hermanos. Tuvo que pasar mucho tiempo para que las personas pudieran ver el fruto de Pablo y su testimonio.
• Como una semilla, producir un buen perfume toma tiempo
Los frutos no florecen al momento ni instantáneamente, la semilla debe ser plantada y el árbol debe crecer, la flor debe salir y el fruto debe brotar.

2. El buen perfume para Dios y mis hermanos trae para mí un buen nombre.
Un perfumista dedicado debía pasar por largos años de preparación y experiencia, de manera que, cuando las personas oían hablar de él sabían que lo que producía era de buena calidad y de gran valor. Ese hombre era conocido por el fruto de su trabajo, era un buen perfumista.

• Puedo llegar a tener un buen nombre:
Como creyentes también podemos llegar a ganarnos un buen nombre entre los hermanos y entre el mundo. Jesús nos dice que los seres humanos tienen su vista puesta, no tanto en lo que decimos sino en lo que hacemos. Una vez han percibido “el aroma de nuestro perfume” podemos glorificar a Dios, sin embargo cuando nuestras palabras no van de acuerdo a nuestras acciones, no podemos impresionar a nadie. Hay un dicho que dice “tus acciones hacen tanto ruido que no puedo oír lo que me dices”. (Mateo 7:20)

• La Biblia nos dice que observemos el fruto:
No es tan importante que hablemos mucho de nuestro perfume, si lo que producimos no es de buena calidad nadie nos tomará en serio. Por otro lado, si nuestro perfume es de calidad, las palabras no son necesarias. (Mateo 7:21)


3. Perfumista, cuida tu perfume.
• Un Llamado a la auto evaluación
Lo más importante en la vida del cristiano después de su salvación es su testimonio (2ª de Timoteo 1:8) porque son estos los que le llegan a dar un “buen nombre”. Es preciso que nosotros, seamos damas, caballeros, jóvenes o ancianos, podamos entender la importancia de que nuestro testimonio sea un grato perfume; no solamente a los hombres sino sobre todo a Dios. Todos como buenos “perfumistas”, algunos con más tiempo y experiencia y otros con menos tiempo y experiencia estamos expuestos a la caída si nos descuidamos.

Es posible que hallamos estado ‘en este asunto’ por tanto tiempo que pensemos que nunca podemos caer pero la Biblia dice “el que crea estar firme, mire y no caiga”. La ‘confianza’ en nosotros mismos es el camino más rápido a la caída. Nuestro aroma de perfume puede llegar a tener un olor desagradable. (Eclesiastés 10: 1)






• Hay cinco áreas principales en nuestras vidas que debemos cuidar:

i. Nuestros Pensamientos: (Efesios 4:23)
ii. Nuestras Palabras: (Efesios 4:29)
iii.Nuestras acciones: (Apocalipsis 19:8)
iv.Nuestras compañías: (1ª Corintios 15:33)
v. Nuestra humildad: (Proverbios 16:18)


Debemos estar siempre conectados a Dios por medio del Espíritu Santo para que nuestras vidas lleguen a ser siempre de buen olor para Dios. Cristo dijo “sin mi nada podréis hacer”. No podemos confiar en nuestra propia sabiduría ni en nuestras propias fuerzas ni mucho menos en nuestros años de experiencia. Es posible que seamos “estimados de sabios y honorables” entre los hombres, mas no ante Dios. Solamente por medio de Cristo lograremos obtener la victoria en nuestra vida, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13)

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