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08 enero 2010

Justificados por medio de la Fe


Ro. 3:22-31 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,

23 por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios,

24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, la redención que es en Cristo Jesús

25 quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para

manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los

pecados pasados,

26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea justo, y el que justifica al que es de fe de Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cual ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de gentiles?

Ciertamente, también de los gentiles.

30 Porque Dios es uno, y el justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.

31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.

Armando Dueñas, Angélica de Dueñas y sus dos hijos Mario y Orlando ambos Dueñas. Un matrimonio firme, ejemplar y admirado por todas sus amistades, con veinticinco años de estar casados, que con la cobertura y cuidado de Dios, siempre habían superado todas las diferencias del diario vivir que entre ambos surgía. Esta vez no fue así:

Encontrándose en la sala de su calido y amoroso hogar, disfrutando en compañía de su hermosa familia, un partido de fútbol entre dos equipos de la liga española. Teniendo sus diferencias entre ambos equipos, ese fue el principio, sumando otros más, como: ¿la viga y la paja?, (Mt.7), ¿no hay justo, ni aun uno?, ¿Qué pus? Somos nosotros mejores que ellos?, (Ro.3), ¿tu quien eres para juzgar?, ¿no juzgue al que come o no come?, ¿el hombre justificado por la fe?, ¿no pongas tropiezo u ocasión de caer a tu hermano?, ¿tienes tu fe?, (Ro.14), etc.

Dios que esta al cuidado de los que lo aman; Puso gracia y amor para con ellos y hasta hoy en día, siguen siendo un matrimonio ejemplar, aun mejor que antes, pues Dios en su infinito amor y misericordia les dio sabiduría para superar sus diferencias.

¿Quién cumple la ley?

¡Hechor y consentidor!

¡No basta solamente este sacrificio!

Más de setenta y dos horas bajo las rejas de la cárcel del diario vivir

buscaban determinar la culpabilidad de sus diferencias, para definir la condena, molido, pisoteado, destrozado, roto sus huesos, despojado de sus vestimentas y dignidad echada por el suelo.

Llego el día y la hora de la audiencia; juez, fiscal acusador y jurado calificador. Todos contra mí decían: ¡condénenlo!, ¡culpable!,¡culpable! ¡culpable!.

No moví mi boca, ni tan siquiera un gesto todo podía ser utilizado en mi contra; por un momento desmaye y llegue a creer como ellos querían.

¿soy demasiado malo?

¿soy culpable…?

Por mi mente se cruzo una serie de ideas, “claro está muy negativas”

¡Estoy perdido!

¡Soy culpable!

Reflexioné y me dije:

Tiraré la toalla, ya no seguiré con mi convicción, renuncio, no debo seguir con mi creencia.

¿Soy demasiado pecador?

Me encontraba y me sentía muy solo, nadie con migo, Hermanos y familia, nadie con mi dolor y amargura.

Pero: Dios siempre tiene de cada uno de nosotros el especial cuidado y él obra de una manera sobrenatural, fue en ese preciso momento que Dios puso a un angelito muy especial, expresando estas palabras puestas en su boca por Dios y dijo así: ¡NO TIRES LA TOALLA!

¡NO TE RINDAS!

¡SIGUE ADELANTE!

Aunque escuchaba la voz Dios puesta en boca de mi hijo resonar a mi oído ¿me preguntaba?: ¿Dios mío que hago?

Y aunque tuve que pasar por desmayos, quebrantos, sentimientos destrozados para llegar a recapacitar y aceptar; ¿Cuánto Dios sufrió por ti y por mi, él fue molido por nuestros pecados?

Quebrantó mi alma y le dije: Tienes razón hijo mío

Terminando: sediento, cansado, sin fuerzas, exclamé y dije: Gracias, gracias, gracias.

¡Estoy aquí!

¡Estoy de pie!

Su vara y su callado me infunden aliento, Dios no me ha desamparado ni me desamparará.

DIOS TE ASEPTA TAL COMO TU ERES.

¿Si tu crees que eres demasiado culpable, malo o pecador, para ser aceptado y perdonado por Dios?

Te invito a que reflexiones sobre la bondad y misericordia en la presencia de Dios.

Gracias, Dios que por tu infinito amor, por la humanidad, tu moriste en la cruz por nosotros, llevando nuestros pecados en aquel pesado madero, azotado y molido por nuestras rebeliones, pues estando muerto en delitos y pecador estábamos destituidos de la gloria de Dios, pero tu justificaste gratuitamente tu gracia sobre nosotros, para que todo aquel que en ti crea no se pierda más tenga vida eterna. Amen, amen y amen.

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